Jailbreak en iOS

Jailbreak en iOS«Tener un iPhone sin jailbreak es tener un Ferrari para andar por Alameda» — Tuitero cuya cuenta no recuerdo.

En muchas oportunidades se ha hablado de esto, en miles de blogs, pero no está de más volver a pensar, esta vez filosóficamente, lo que representa el jailbreak para el usuario «avanzado» de un iPhone, un iPod o un Apple TV. Porque como todo, esta acción tiene sus límites éticos, morales y legales.

¿Qué es el Jailbreak?

Es liberarse de la prisión, literalmente. Los sistemas operativos de Apple, si bien son muy funcionales y estéticamente atractivos, cuentan con una desventaja para el usuario: son limitados en su manipulación. En los iPhone en particular, nosotros no vemos archivos, simplemente aplicaciones que manejan nuestros archivos (¿se habían dado cuenta de aquello?). Pero el usuario avanzado desea más, siempre desea más: personalización, configuración, mejoras… Algo que se puede ver comúnmente en Android. A esto le sumamos el hambre que genera ver tremendo hardware sin uso… Es para gritarle «tanta carne para tan poco perro». Ustedes me entienden.

El jailbreak, entonces, «libera» el sistema operativo, permitiendo que pueda ser modificado por cualquier usuario desde la misma terminal (el iPhone, el iPod o el Apple TV). Esto explota las potencialidades del sistema y permite aumentar la funcionalidad del equipo sustancialmente, siempre y cuando no se abuse. Me detendré en este punto más adelante.

¿Para qué haría yo un Jailbreak?

O como me diría un amigo en Twitter, #paraqué. Pues porque cuando uno ve el bonito iOS, se da cuenta que hay muchas mejoras que podrían hacerse. Se da cuenta, además, que el nivel de procesador o la resolución de la pantalla podría aprovecharse de mejor manera. Otros se dan cuenta que la administración de la configuración es insuficiente, puede ser optimizada. Alguien podría no gustarle el tipo de letra del teléfono y quiere usar una de su agrado. «Ok», dice Apple, «pero no se puede porque no nos conviene no queremos arriesgar la integridad del iOS para darle seguridad a nuestros usuarios«. Entonces, el jailbreak permite generar muchas mejoras a través del conocimiento colectivo, permitiendo incluso a Apple mejorar sus sistemas operativos en cada actualización (muchas de las mejoras en cada iOS corresponden, precisamente, a tweaks del jailbreak de la versión anterior. Sí, ya sé, luego explico lo que es un Tweak).

¿Cómo se hace un Jailbreak?

Primero que todo, vamos dejando algo claro: el jailbreak es legal (al menos en Estados Unidos). Sí, cuando compró un iPhone, ud. compró parte de la licencia, lo que le permite manipular el iOS, bajo su propia responsabilidad. O sea, perderá su garantía si lo hace. Téngalo presente.

Bien, existen algunos software que permiten hacer el jailbreak, pero nosotros no le queremos decir explícitamente cuáles son o cuáles recomendamos 😉 El proceso no es 100% seguro y se corre el riesgo de caer en el temido Brick (llamado así porque efectivamente, el dispositivo se transforma en eso, un ladrillo sin mayor uso). Yo en particular he debido hacer algunos malabares para salvar a mi iPhone de la muerte, así que no le mentiré: hay riesgos, pero pueden ser controlables. Tutoriales en foros y YouTube, hay miles.

Después de hacer un jailbreak, el dispositivo luce exactamente igual a como viene de fábrica, excepto por una cosa: la aplicación Cydia. Cydia funciona como una App Store en donde podemos descargar Tweaks. Un tweak no es más que una pequeña aplicación que modifica el iOS de modo que éste se va transformando en algo mucho más personalizado. Existen tweaks para cambiar el tipo de letra del teléfono, para cambiar la forma de desbloqueo, para liberar restricciones de uso del 3G o para cambiar la transición de las páginas; esto para mencionar algunos pocos cambios menores. Nuevamente, hay páginas especializadas que explican cuáles tweaks son recomendables.

Límites éticos y legales

Acá yo soy bastante categórico. Me gusta esto del desarrollo comunitario, de la optimización. Sin embargo, hay gente que trabaja desarrollando aplicaciones. Hay una inversión de tiempo, de dinero y de creatividad. Por lo tanto, rechazo categóricamente esta arista del Jailbreak.

El jailbreak libera el dispositivo de tal manera, que permite instalar aplicaciones «crackeadas», pirateadas. De esta forma, en vez de pagar la tremenda cantidad de dinero que cuesta una aplicación, la puedes descargar gratuitamente en tu iPhone con jailbreak. Ok, estaba siendo sarcástico; la aplicación más cara que he visto costaba cerca de US$ 10.-, cerca de $5.000.- CLP (pesos chilenos). Vamos, gastan más en un pub. El promedio del costo de las aplicaciones es de US$ 1.-, cerca de $500.- CLP. Es como robar un chocolate chico en el negocio de la esquina. No, no en un supermercado, porque ojo, no le estás robando a la Apple, le estás robando al desarrollador de la aplicación. Please.

Ya, ¿entonces?

Entonces, desde mi experiencia: haga el jailbreak, si puede asumir la responsabilidad, claro está. Pero enfóquese en mejorar, optimizar, «amononar» su iCoso, no en ponerse a robar descargar aplicaciones crackeadas, porque esa no es la idea. #Paraqué.